jueves, 12 de abril de 2012

EL TRIUNFO VIENE POR EL PODER DE DIOS


EL TRIUNFO VIENE POR EL PODER DE DIOS
2 Reyes 6:15-17
“Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?  El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.  Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.”

INTRODUCCIÓN
En algún momento, cada uno de nosotros enfrentará lo que parecen ser pruebas y dificultades gigantescas. Por eso debemos saber cómo responder a cada amenaza y apropiarnos de la clase de fe victoriosa que va más allá de lo que podemos, hacia lo que Dios ve.
En tiempos de extrema presión, Dios ensancha nuestra fe y profundiza nuestra dependencia de Él. Sin una fe fuerte y constante, podemos ceder rápidamente a la tentación y el temor, en especial si la prueba o dificultad es intensa o prolongada.
Sea cual sea el Goliat que enfrente, hay una verdad que usted necesita arraigar en lo más profundo de su corazón: Dios le ama, y cuando usted deposita en Él su fe, Él le ayudará a triunfar. Tal vez pase por tiempos de fracaso, porque la vida no sale siempre como uno la planea, pero en últimas, Dios será glorificado y usted recibirá bendición.
Cada reto representa una oportunidad para que el Señor muestre su fidelidad y amor. En lugar de ceder a pensamientos de temor y fracaso, comprométase a confiar en Dios, aunque no sepa qué le deparará el día de mañana. Practique su fe y adiéstrese para ver más allá de lo que puede, hacia lo que Dios ve.
¿Cómo puede usted adquirir esa clase de fe?
1.      Recuerde las victorias pasadas.
1 Samuel 17:32-37
“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.  Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada,  salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.   Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.  Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.”

Las victorias espirituales se ganan primero en la mente. Si usted sucumbe a sentimientos de temor y duda, perderá. Si se enfoca en la verdad de la Palabra de Dios, ganará todas las veces.

2.      Rechace todas las palabras de desánimo.
Nadie en el campo israelita animó a David en su iniciativa de derrotar a Goliat. Lo que hizo más bien fue afianzar su corazón en el Señor, y en Él encontró el ánimo que necesitaba.

3.      Reconozca la naturaleza verdadera de la batalla.
1 Samuel 17:47
“Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.”

Qué forma tan victoriosa de decir: ¡Dios gana!

4.      Responda al reto con una confesión positiva.
1Samuel 17:26, 37, 45
 “Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?...

Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo….

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”

David declaró con firmeza su creencia, que no podía perder porque Dios estaba con él.

5.      Respáldese en el poder de Dios.
1Samuel 17:47
“Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.”

Dios proveyó la victoria, y Él recibió la gloria.

6.      Reclame la victoria.
Antes de poner pie en el campo de batalla, David ya sabía que no iba a perder. Sabía que su reputación no estaba en juego, sino la de Dios. Sabía que ni su fuerza ni su astucia ganarían la batalla, sino el poder y la sabiduría de Dios.

CONCLUSIÓN
Usted puede enfrentar cualquier circunstancia con seguridad y esperanza, pues su fortaleza, sabiduría, energía y poder no es lo que trae la victoria. El triunfo viene gracias a la intervención de Cristo, y cuando usted pone su confianza en Él, tiene acceso a una fuerza irresistible que nadie ni nada puede resistir con éxito.

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